viernes, 2 de noviembre de 2012

La reforma alumbra el peor trimestre para el empleo fijo

 
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, acompañada por la Ministra de Empleo, Fátima Báñez / PACO CAMPOS (EFE)

Una de las peores noticias que dio ayer la EPA fue la destrucción de empleo indefinido. En tres meses han caído 179.400. Durante esta crisis, el tercer trimestre del año no ha sido bueno para los trabajadores fijos. Pero ni siquiera en 2008 y 2009, los peores años del mercado laboral en lo que va de Gran Recesión, se llegó a esta cifra.
A pesar de esto, la ministra de Empleo, Fátima Báñez, ayer quiso sacar pecho y defender la reforma laboral, que tenía entre sus objetivos “fomentar la contratación indefinida”. Para hacerlo, no dio datos procedentes de la EPA sino de los servicios públicos de empleo. Comparó los últimos datos de contratos de 2012, en los que los indefinidos suponen el 7,8% del total de los firmados, frente a los de 2011, el 7,3%. Lo que no mencionó Báñez es que a estas alturas del año, en 2011 se habían firmado 863.301 contratos fijos y este se han rubricado 777.640, un 9,9% menos.
A estas alturas del año, en 2011 se habían firmado 863.301 contratos fijos y un 9,9% menos
Desde que se aprobó la reforma laboral han pasado dos trimestres. En ese tiempo se han destruido unos 175.000 empleos, 30.000 más que el año pasado. En cambio, el empleo temporal ha resistido mucho mejor. De abril a septiembre, solo se han destruido 3.000 puestos de trabajo.
Báñez también quiso romper una lanza por la reforma al relacionarla con la evolución del empleo a tiempo parcial. Los cambios legales de febrero también pretendían impulsar este tipo de contratos y eso es lo que trató de resaltar ayer la ministra. En cambio, según los datos conocidos ayer, esta modalidad de puestos de trabajo ha perdido fuelle en los dos trimestres posteriores a los cambios laborales. Entre abril y septiembre hay 18.000 trabajos menos de este tipo.
Durante la crisis el empleo a tiempo parcial ha tenido un buen comportamiento. Cuando comenzó el número de empleados que no trabaja ocho horas al día era de 2,4 millones, cinco años después este número permanece inamovible. Lo que sí ha cambiado es el motivo por el que la gente acepta este tipo de empleos. Si en 2007 unos 740.000 lo hacían porque no había podido encontrar un trabajo a tiempo completo, en 2012 este número se ha duplicado.
Este dato explica en buena medida por qué esta modalidad de empleo en España nunca ha tenido mucho éxito a pesar de los múltiples cambios legales para impulsarla.

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